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Tipos y síntomas

La incontinencia urinaria se define como un cierto grado de pérdida de orina, que puede deberse a lesiones musculares o nerviosas, infección o enfermedad. Pero los problemas de control de la vejiga no implican exclusivamente pérdidas

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En el caso del SVH se siente la necesidad de ir al lavabo frecuentemente, tanto de día como de noche

Tipos de problemas relacionados con el control de la vejiga

Incontinencia de esfuerzo o por estrés: es la forma más común de pérdida. Normalmente afecta a las mujeres después de un parto o por la menopausia, aunque también pueden padecerla los hombres. Se caracteriza por una pequeña pérdida al estornudar, reír, toser o al practicar ejercicio o  tener relaciones sexuales.

Cualquier cosa que suponga una tensión en el abdomen puede causar presión en los músculos del suelo pélvico que necesitan tensarse para garantizar que todo el sistema y sus conductos permanezcan cerrados. Si estos músculos están debilitados, no pueden mantener la tensión, por lo que la uretra se abre, pudiéndose producir una pequeña pérdida de orina.

Los síndromes de vejiga hiperactiva (SVH) o incontinencia urinaria de urgencia (o incontinencia de urgencia) pueden deberse a varios motivos y afectar a una gran variedad de personas. Se trata de una contracción involuntaria (tensado) de la vejiga que provoca un vaciado parcial o completo de la misma. No es necesario que la vejiga esté llena para que esto ocurra. Por lo general, se siente la necesidad de ir al lavabo frecuentemente, tanto de día como de noche, pero tan sólo se expulsa una pequeña cantidad de orina.

Este problema se presenta de dos formas: puede ser de tipo húmedo, lo que significa que se debe ir frecuentemente al lavabo y se producen pérdidas, o de tipo seco, sin pérdidas y con necesidad de ir al lavabo con mucha frecuencia.

En la incontinencia mixta se combinan síntomas de varios tipos de incontinencia, normalmente los tipos de esfuerzo y de urgencia. Sin embargo, en muchas ocasiones un conjunto de síntomas puede resultar más molesto que otro. Es importante que explique sus síntomas al médico a fin de garantizar un tratamiento completo.

En la incontinencia por rebosamiento la vejiga se llena de tal forma que supera su capacidad. Por lo general, las personas con esta dolencia sufren un constante o frecuente goteo de orina y nunca acaban de sentir que su vejiga se ha vaciado por completo. En ocasiones, los síntomas son similares a los de la incontinencia de esfuerzo o la incontinencia de urgencia. Puede deberse a daños en los sistemas de comunicación (los nervios) entre el cerebro y la vejiga, o a un bloqueo (por ejemplo en la uretra), que hace que la vejiga se llene en exceso, lo que, a su vez, produce desbordamientos y pérdidas.

En la incontinencia funcional resulta imposible contener la orina por motivos que no tienen ninguna relación con el funcionamiento de la vejiga. Por ejemplo, las personas que sufren una enfermedad crónica o problemas de movilidad no pueden ir al lavabo. En ocasiones, las personas con incontinencia funcional también sufren otros problemas de control de la vejiga que se deben tratar.

La incontinencia refleja se produce al perder el control sobre los mecanismos del funcionamiento de la vejiga. Esto podría deberse a una lesión, por ejemplo un daño medular, o ser consecuencia de un procedimiento quirúrgico. También puede aparecer sin motivo evidente. Se caracteriza por un goteo constante o una pérdida total de orina sin que la persona que lo sufre sea consciente de ello (por este motivo se denomina en ocasiones incontinencia inconsciente).

En la doble incontinencia se producen problemas de incontinencia urinaria y fecal.

Cistitis e infecciones del tracto urinario

Tanto hombres como mujeres pueden sufrir infecciones del tracto urinario o cistitis, dolencia debida a una infección bacteriana. La cistitis tiene los siguientes síntomas: necesidad frecuente de ir al lavabo, dolor, sensación de ardor y fuerte olor. Se trata con antibióticos y, por lo general, desaparece a las pocas semanas, aunque puede durar más tiempo si las bacterias se muestran resistentes al antibiótico.

La cistitis intersticial se denomina en ocasiones cistitis no bacteriana o síndrome de vejiga dolorosa. Se trata de una dolencia crónica (que se prolonga durante años) cuyas causas se desconocen. Las pruebas de orina no presentan infección bacteriana. Los médicos la denominan idiopática (sin causa conocida).

La pared de la vejiga se irrita e inflama. Se siente la necesidad frecuente de orinar. Puede resultar extremadamente dolorosa en la zona que rodea a la vejiga y el abdomen, el área pélvica y el perineo (entre el ano y la vagina). Los hombres pueden sufrir dolor en el pene y el escroto. La inflamación de la vejiga puede producir cicatrices, disminución de la capacidad de la vejiga y sangrado ocasional.

Retención

La retención urinaria puede ser crónica (continua o recurrente) o aguda (repentina). Como su nombre indica, la orina se retiene en la vejiga. La retención aguda está caracterizada por una extrema dificultad para orinar. La acumulación de orina en la vejiga provoca un gran dolor.

En la retención crónica, normalmente indolora, puede pasar una pequeña cantidad de orina, aunque la vejiga no se vacía por completo.

La retención se puede deber a un bloqueo (por ejemplo, una piedra en la vejiga), daños en los nervios o, en los hombres, al aumento del tamaño de la glándula prostática.

 

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Última actualización de esta página : 23.05.2007

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